Un boogie aceitoso

La Petrolera Boogie Band se formó en 1992 y era una banda de boogie-woogie, que se podía adaptar bien a varios estilos del blues. Se formó en el barrio Villa del Parque de Buenos Aires, durante un jam o una zapada, como le dicen los músicos argentinos. Estaba integrada por Marcos Ballanti en la guitarra y la voz, su hermano Memo en el bajo, Claudio Rodríguez en la segunda guitarra y Marcelo Aiello en la batería.
“Mi hermano Memo y yo veníamos tocando juntos desde el 87 en Quilmes, al sur de Buenos Aires. Teníamos un power trío, al estilo de Johnny Winter, y tocábamos temas propios y covers de Pappo’s Blues, La Pesada, Manal y Pescado Rabioso”, recuerda Marcos Ballanti. Los integrantes de esas agrupaciones, fundadoras del rock en Argentina, se habían exiliado durante la dictadura militar y estaban regresando al país, de acuerdo con Ballanti, aunque muchos estaban empezando de nuevo pues habían sido olvidados. Con los nuevos músicos formaron las zapadas y así los hermanos Ballanti comenzaron a hacer parte del circuito de la capital.
Corría el año 1991 y los Ballanti habían trabado amistad con Nicolás Rodríguez, intérprete de armónica en Durazno de Gala y en la banda de Black Amaya, quien les comentó que en esa agrupación iban a quedar libres los puestos de bajista y de guitarrista. “Fue así como entramos a cubrir esos puestos y conocimos a Claudio Rodríguez, que ya tocaba con Black desde unos años atrás. Hacíamos básicamente temas de Pappo y de Pescado Rabioso. La banda rendía bien en lo artístico pero no en convocatoria, porque el público joven no conocía la trayectoria de Black. Entonces la banda se disuelve porque Black tuvo que darle prioridad a otro proyecto más rentable”, dice Ballanti.
De esta manera los tres músicos (los hermanos Ballanti y Rodríguez) deciden buscar un baterista para continuar su derrotero artístico. Llaman a Leo Engel y en abril de 1992 queda establecida la primera formación del grupo, que empezó a tocar temas compuestos por Marcos, aunque el trabajo con los temas era grupal, según afirma Ballanti, en el que él se hacía cargo de las letras y daba una idea general de la música y luego cada integrante daba su aporte en la instrumentación. “Mi estilo estaba influenciado por la poesía urbana de Javier Martínez (Manal) y la paisajística responde a los lugares por yo pasaba mis días: la zona portuaria y petroquímica de Dock Sur. Un amigo que iba a los ensayos escuchaba mis letras y decía que le gustaban porque eran ‘bien petroleras’”. Eso ayudó al momento de buscar el nombre de la banda, votando todos por La Petrolera Boogie Band, que era el estilo preponderante dentro de su repertorio.
Aunque el blues en Argentina ya era escuchado e interpretado por las bandas pioneras del rock, fue justo en la década de los 90 cuando viene el “revival” del género en ese país. La situación económica permitió que reconocidos bluesmen tocaran en Buenos Aires (Albert Collins, B.B. King, James Cotton, Magic Slim entre otros) y eso ayudó a que se formara una nueva corriente de la que surgieron bandas como La Mississippi, Memphis o Durazno de Gala.
“Entonces aparecieron boliches, revistas, programas de cable, programas de radio y llegó un público ávido de blues. Todo esto alentó a las discográficas a buscar bandas para producir. En general, entramos las bandas que veníamos tocando blues desde hacía un tiempo, algunas éramos de la vieja escuela de Pappo, Manal y La Pesada y queríamos ser continuadores de aquello. Otras, en cambio, prefirieron hacer un blues más ortodoxo, clonado del de los negros”, explica Marcos Ballanti.
Uno de los primeros conciertos que realizó La Petrolera fue en el Samovar de Rasputín, mítico lugar del blues y el rock porteños. “Ese fue el lugar que nos atrajo a Buenos Aires, donde podías conocer y tocar con tipos como Pappo o tantos otros que eran nuestros ídolos. Allí debutamos y tocamos más seguido. Para el blues argentino fue el boliche más importante, los negros que venían a tocar en los grandes teatros después del show iban al Samovar y en backstage conocimos a tipos como James Cotton, Hubert Sumlin o Magic Slim”.
En mayo de 1995 La Petrolera Boogie Band presentó su primer y único álbum, con el mismo nombre de la banda, editado por DBN. Contó con la participación de Emilio Villanueva, saxofonista de Memphis La Blusera y ahora de Viejos Lobos, y el violinista Jorge Pinchevsky. “Pin había vuelto hacía poco de Brasil y era asiduo concurrente al Samovar. Allí nos cruzamos en innumerables zapadas y nos hicimos muy amigos. Que haya estado en el disco fue algo natural”, recuerda el guitarrista y cantante de La Petrolera.
A pesar de haber sido una banda de corta existencia, La Petrolera Boogie Band logró hacerse nombre y reconocimiento dentro del blues en Argentina, convirtiéndose en uno de los puntos obligados al momento de repasar la historia de este género en ese país.

Bogotá, 6 de noviembre de 2010.

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