Don Vilanova, cambio interior

De forma muy amable, Miguel Vilanova nos recibió en su estudio en Buenos Aires.  Ya había tenido la oportunidad de entrevistarlo en Bogotá, en 2006, cuando participó en el festival Rock al Parque. En esa ocasión hablamos acerca de su historia musical. Esta vez, la conversación giró en torno a la despedida de Botafogo y a la bienvenida a Don Vilanova.

 

Miguel, ¿Cómo sobreviene ese cambio? ¿Por qué pasa de Botafogo a Don Vilanova?

 

Bueno, es la suma de un montón de cosas. Yo ya tenía un disco que se llamaba “Cambios” y de hecho hace varios años vengo remando ciertos cambios por la necesidad de tenerlos. Yo aprendí una vez de toda esa angustia de que el mundo cambia y siempre estabas afuera del mundo, entonces empecé a tomar conciencia de que si yo quería que algo cambiara afuera, tenía que cambiar yo en el interior. Entonces es como un recordatorio y tomar un poco de cosas, como hizo Pappo. Una vez se llamó Pappo’s Blues y armó Riff y él lo presentó así “Adiós Pappo’s Blues, bienvenido Riff”. Yo me copié de esa idea como un símbolo de querer andar el camino de los cambios.

A los 50 años, de cualquier manera siempre se viene masticando una bronca, una rabia, un enojo de la cultura heredada que nos ha llevado a ser un tanto miserables. Yo me quiero sacar de encima toda esa basura, empezando por el catolicismo, la iglesia, las religiones y la cultura argentina de los grandes padres de la patria que fueron todos unos traidores y unos maricones, porque la única guerra que ganaron fue a los indios, a los habitantes de este suelo, a gauchos borrachos, solo hay que leer “Martín Fierro”, y a españoles maleantes y contrabandistas y así se ha hecho supuestamente una independencia. Todo eso que a uno lo hace tan argentino. Pero yo no estoy orgulloso de ser argentino para nada, cuando ves a millones de pobres, porque no son como dice la Presidenta “unos cuantos poquitos que no quieren trabajar”, no. Acá hay un plan sistemático de destrucción del país, desde hace décadas, entonces toda esa porquería que yo heredé me hizo pensar en transitar el camino de ciertos cambios.

Lo primero que hice fue hacerme vegetariano, pues nuestra alimentación debería ser frutas, verduras y semillas y no tanto productos de fábrica, con cosas que tienen que ver con laboratorios, con productos de medicina, con los ganaderos, comer cosas que provengan del sacrificio de otros seres. Entonces se empezaron a formatear los cambios desde ese punto. Ahora, el tipo que me dio la vida es Don Vilanova, mi papá, y quise a esta edad honrar su nombre y que fuera como el estandarte de mí mismo, el estandarte de los cambios. Yo no quiero decir con esto que ya he cambiado, no. Todavía me tironean los hechizos recibidos, todavía están ahí tironeando y jodiendo, y me encantó poder bucear más aún. Aunque todo el esfuerzo de las religiones hace que te conviertan en un ateo, en mi caso no sirvió para nada, eso me hizo investigar más en la espiritualidad y llegar a conocer la mayor cantidad de datos de eso que siento en mi corazón, en mi cerebro, en mi pensamiento, en mi ser, que sé que venimos de un misterio mágico que es este universo y entonces, creo que quiero hacer todos esos cambios.

No sé si lo he logrado o si lo voy a lograr, quiero hacerlo y quiero hacerlo también en la música: el bluesero, el rockero, siempre tiene que hablar de drogas, de reviente, de sexo.  Yo no. Pago el precio de no ser popular por eso, porque si tuviera canciones que hablaran del paco, qué macho cabrío que soy, por ahí tendría más éxito, pero en realidad considero que no puedo decir eso. Yo me hice músico en los años 60. Cuando surge el rock argentino, los grupos no necesitaban hablar de drogas, de reviente, “mirá qué reventado que soy”, no, y yo, como un niño de 11 años, me ví inspirado por toda esa generación de músicos anterior a la mía: Luis Alberto Spinetta con Almendra, Manal, Pappo’s Blues, La Pesada del Rock’n’Roll, alguna parte de la última vida de Los Gatos, y veía cosas que pasaban, que Almendra se separaba y era como esa señora que con un gajo hacía un montón de plantas y de Almendra salía Pescado Rabioso, Aquelarre, Color Humano… Cosas hermosas, yo me vi inspirado por eso, entonces por eso en mi disco nuevo he puesto un sellito que dice “Rock y blues argentino” porque aquel que relacione eso con las letras que va a escuchar o va a leer, se va a dar cuenta de que no es común.

En este momento en el rock argentino hay grupos que tocan cumbia, con batería fuerte, amplificadores Marshall, una Les Paul y pelo largo, pero es cumbia rockera y me parece muy demagógico con eso de “vamos a atrapar a la gente y que sea más popular”. Eso no me gusta, me gustan las raíces que yo quiero mostrar y quiero sentirme un brote de lo que considero que es el rock argentino. Los Fabulosos Cadillacs no es rock argentino, es música latinoamericana, bien hecha, con un glamour hermoso, me alegro del éxito, ojalá que tengan mucho éxito. Los Enanitos Verdes nunca fueron rock argentino, eso es pachanga o música comercial argentina, muy bien hecha y con pibes hermosos, con un gran corazón y todo. La Mosca no es rock argentino, los Auténticos Decadentes no es rock argentino. Rock argentino es Luis Alberto Spinetta y yo me considero que represento al rock argentino de pura sepa, de las sepas iniciales, lo otro son especulaciones comerciales para llenar huecos para los empresarios del disco en un país tan tambaleante con su economía: ir a lo seguro, a lo que vende, lo cual es lícito, pero llamarlo rock argentino no.

Me parece que el rock argentino siempre ha sido algo contestario, algo contracultural y no me parece justo que un tipo se suba al escenario, en un espacio de influencia, y decir “fumemos paco, que reventado que soy, comamos comida podrida” y después nos quejamos de que matan a tu hermano dos pibes que iban por la vereda… si vos le estás diciendo eso… por qué no le dices que vale la pena esforzarse un poco más, que vale la pena estudiar, que vale la pena tener un trabajo y que si querés tener un estado de conciencia alterado existe otro tipo de alimentación, de plantas y tener un respeto, porque es el producto de la pachamama y no el paco, que todos sabemos quién lo vende. ¿Cómo voy a hacer cómplice de eso si yo lo que quiero es un país brillante? Yo no puedo estar en un país tomado hablando pavadas. Y como además el fondo de esa cuestión es espiritual, tengo que desenmascarar a la religión.

Esos son los cambios que yo deseo y quiero comunicar, aunque me vaya mal, aunque no le venda un disco a nadie pero es mi compromiso conmigo mismo y con los que me dieron la vida y a los que considero mis hermanos, a pesar de que hayan votado por Menem tres veces.

 

¿El cambio también se nota en la parte musical?

 

En lo musical, lo que pasa es que empecé a delegar todo lo que es la producción de un disco. Empecé en el disco anterior con mi hijo que fue el baterista y productor del disco: él me puso en vereda y me dijo “vos no podés grabar así nomás. Hay que hacer una preproducción, hay que revisar las letras, corregir palabras, tonos”.  Entonces tardamos como un año en grabar ese disco y esta vez también delegué en dos chicos jóvenes, Sergio Berdichevsky y Gustavo Rowek, dos músicos legendarios acá a pesar de su juventud, porque ellos han hecho parte de Rata Blanca y de V8, dos grupos importantes dentro del rock, aunque le tienen bronca a los hippies como yo pero somos amigos. Ellos son muy rockeros y en ellos quedó la parte de la producción y por eso este disco mío tiene un cariz muy rockero, pero para mi el blues nunca desaparece porque el blues es una forma de tocar el instrumento. Creo que el disco tiene todo el sabor del blues, por la forma de tocar los instrumentos, y un cariz más rockero por la producción, por la composición también, porque no está el formato de los 12 compases del blues, aparece raramente o encaramado en otro contexto.

Sí hay algunos cambio en referencia a otros discos anteriores, aunque se venían gestando estos cambios, hay algunos temas míos donde ya se ve que algo está pasando. En el disco anterior, “Don Vilanova”, también se afirma y en éste se afirma mucho más, sobre todo espiritualmente, porque tengo la seguridad de que estoy diciendo lo que quiero decir, como lo puedo decir y como lo puedo decir y quiero que le llegue otro mensaje a los chicos y a los grandes.

 

Y, ¿el cambio físico es para recalcar?

 

Sí, es como un recordatorio y también para separar las historias… aunque es una tontería, ya lo sé. Es como para encuadrar, enmarcar un cambio y recordármelo cada vez que me miro al espejo.

 

¿Este cambio suyo va a cambiar en algo la historia del blues argentino?

 

No. El blues en Argentina no va a cambiar por algo que yo haga. El blues en Argentina arranca con Óscar Alemán, con Manal, con Pappo’s Blues y lo que hay ahora es un montón de florecitas y ramitas por todos lados, de chicos con una capacidad, con un tocar hermoso pero no justamente por mi. Hay muchos chicos tocando muy bien, muy lindo, lo que yo espero es que algún día nos avivemos todos y empecemos a cantar nuestro blues, como lo hizo Manal, como lo hizo Memphis, como lo hace La Mississippi, como lo intentó alguna vez Durazno de Gala. Lo que pasa es que en Argentina la palabra rock abarcó muchas cosas, en este momento abarca grupos que hacen mezcla con la cumbia, qué sé yo,  pero más allá de mis enojos o de mis envidias. Festejo que la gente baile y vaya a ver a quien quiera, se enamore, se hagan amigos, se hagan novios, pero el rock abarca mucho.

Dentro del rock hay guitarristas de blues extraordinarios. Por ejemplo el guitarrista de Los Pericos, si toca blues tenemos que cerrar todo y cambiar de estilo, porque es impresionante. Spinetta también puede tocar blues brillantemente. No sé, hay como una cosa dentro de los músicos de rock en Argentina y es que el blues es un tesorito que lo tenés. Por eso toco esto y no importa si voy a ser el salvador del blues en Latinoamérica, a nadie le importa, por lo menos a mi no. Yo lo hago como puedo, vos sabés que tengo una faceta didáctica, he hecho varios libros, es una batería de información para enseñar el blues y a juzgar, yo vendo más libros que discos. Está muy diseminado y está rindiendo sus frutos. Estoy viendo chicos que les ha servido, me llaman, me mandan mails.

En sí, las cosas potentes del blues son la gente que yo te nombro: Oscar Alemán que sembró un poco, y los primeros frutos de eso, Manal que fue brillante y Pappo también fue brillante. Lo que pasa es que el rock fue una cosa muy importante en Argentina y Pappo tocaba blues y rock. Yo cuando iba a los recitales a los 13 ó 14 años, siempre decían los carteles “Festival de Rock y Blues” y por eso puse ese sellito en mi disco “Rock y blues argentino”.

Pero creo que si algo va a pasar es en manos de todos los chicos que están tocando, los maestros que están enseñando y todos los frutos que de ahí están apareciendo pero me parece que hace falta dar ese paso que ya han dado otros y han demostrado que puede funcionar bien y comercialmente, como Pappo mismo, como la Memphis, es decir, son grupos que han tenido su éxito pero siempre va a estar acotado por el rock y por sus modas, me parece que algo va a afirmar, tener unas bases cada vez más sólidas es el momento en que empecemos a cantar en argentino y decir algo que me vos me podás entender.

“Canten en su idioma y canten sobre las cosas suyas”, nos dijo Taj Mahal una vez. ¿Qué tiene que ver cantar “Sweet Home Chicago” en Buenos Aires? Bueno, puede ser un homenaje, cantar uno o dos temas para demostrar tus habilidades, pero el blues siempre fue un mensaje, fue contarte una historia pero en inglés. Yo creo que si la música es algo, uno hace canciones, un mensajito chiquito, debe ser algo que se entienda pero no decir de fumar paco y reventarnos.

 

Entonces hace falta eso: hablar de las cosas propias.

 

Sin vergüenza y con nuestra propia voz y nuestro propio idioma, nuestro idioma argentino. Y si lo que a nosotros nos pasa no es blues, decíme ¿qué es blues? Está bien que uno cada vez se suba a un escenario a hablar de todo lo que está mal, pero también hay que hablar de las cosas lindas. Aquí hay un gran guitarrista, en sus inicios aprendió conmigo, se llama Daniel Raffo y no quiere cantar. Cada vez que lo veo le digo “¿cuándo empezamos?” y él me dice “no”. En general todos tenemos vergüenza de la voz y tenemos ese karma de que si no canto como B.B. King o como Howlin’ Wolf, para qué voy a cantar. Pero de J.B. Lenoir decían que era el único negro que cantaba con voz de mujer, y en África el mejor cantante era el que podía imitar la voz de la mujer. Tenemos que romper esa cosa. Adrián Otero (ex vocalista de Memphis) es un excelente cantante, a veces veo los signos de puntuación cuando canta, es tan efectivo. El pibe de La Mississippi… también empezó con mucho de la imitación del negro, con la voz rota, y poco a poco se fue convirtiendo en él mismo, en Ricardo Tapia. Pero es muy lento porque además se te suma que querés vivir de esto, tenés que trabajar y todo esto es retroactivo, este disco que es de 2008 desde el 2005 lo estoy pensando, pero bueno.

En Brasil pasa lo mismo, hay unos músicos tremendos pero todos cantan en inglés. En Colombia pasa lo mismo, en Crabs conocí chicos tremendos, se me cayó la mandíbula pero se arrimaban al micrófono… y con toda la riqueza de la vida cotidiana de Colombia, todo lo que podríamos contar desde el blues. Pero bueno, eso va a ir pasando gracias a este trabajo, como el que hacen ustedes, como el que hago yo, son granitos de arena que van a aportar más.

 

Y así se va a perder el miedo a cantar en nuestro propio idioma.

 

Claro, que no es de los españoles. Es nuestro.

 

Diego Luis Martínez

Buenos Aires, 10 de diciembre de 2008

Texto de la entrevista realizada en 2006

4 comentarios en “Don Vilanova, cambio interior

  1. Muy buena la nota, la verdad que deja mucho que pensar este gran musico! tiene toda la razon…desde mi lado, yo toco blues e intento hacer mis propias canciones, tengo muchas infuencias y a pesar de la juventud eso lleva un proceso…claro que un chico de 18 va a querer aprender un tema en ingles por q lo escucho de revote y esta bueno…claro q va a pasar por muchos momentos de bronca y va a querer escribir una cancion sobre salir a matar a alguien porq tuvo un mal dia…pero vuelvo a repetir me parece que todo lleva su tiempo y notas como estas ayudan mucho…si todos en una cuidad se proponen a guardar en el bolsillo el papel del chicle de menta, vamos a tener una ciudad limpia…pero no todos creen q al hacer eso cambiaria en algo…A esas personas les hace falta un golpe de realidad…Como cuando se muere un familiar querido…uno dice la pucha! me arrepiento de aquella tarde q fui a jugar a la pelota, podria haberlo ido a visitar…en fin, hay q buscar una tranquilidad seguir adelante con los sueños, no embolarse con problemas boludos y tratar de vivir comodo sin necesidad de molestar a los demas…lo q hacemos aca tiene eco en la eternidad

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